domingo, 22 de abril de 2012

Un Cuento


Mira, esto te pertenece. Ponía él un camión rojo sobre la mesa mientras la miraba a los ojos.
¿Un camión? Jum, ya entiendo!, es por el sueño ¿verdad?, él suspiró y la miró de manera tímida pero a la vez comprometedora.
Ella soltó una pequeña sonrisa, bajó la cara, tocó las ventanas del camión y le preguntó ¿quieres que pase?, él sorprendido por la pregunta haciéndose el desentendido con un tono nervioso le preguntó que de que hablaba – si! Lo del camión, lo de tu sueño, ¿quieres que pase? Solo contéstame y ya- le dijo ella con algo de ironía. –No te pongas tenso- agregó mientras sonreía.
¡Sí! Eso es lo que más deseo contestó él algo sonrojado pero decidido, -No lo mal interpretes solo…nada tal vez pienses que estoy loco o que quizá soy un depravado, deja así- -¡No! Continua, solo…? Solo qué? Dímelo, sé sincero, lo peor que podrías esperar de mi es que me levante, sujete este vaso de whisky te lo vacíe en la cabeza, de la vuelta y me vaya- dijo ella algo burlona.
Él la miró y sin rodeos le dijo –es solo que me gustas, que me enamoré de ti, que aunque suene ridículo siento que ya eres parte de mi, que quiero sentirte, acariciar tu piel, lograr en un solo movimiento compactar nuestros cuerpos, formar un solo ser, era eso, ya?, lo dije- entonces tomó un sorbo de vino para esperar que el whisky cayera en su cabeza y bajara por su oreja.
Segundos después eso fue lo que sucedió, ella lo miró con dolor, pesar, amor, era una mirada llena de sentimientos encontrados; ella hizo lo que hizo porque le parecía pronto e indecente sabiendo que en el fondo ella quería lo mismo, al salir del bar pensó en devolverse pero eso era traicionar su orgullo. Él lo único que pensó fue en que la había embarrado, así que salió tras de ella, al alcanzarla ella lo abrazó y lo invitó a su casa; cuando llegaron ella le ofreció un trago de vino, él con lo mucho que le gustaba acepto. Así acabaron dos botellas y cuando quedaba el último sorbo se dieron el beso, ese beso tan esperado por ambos. En ese momento la lujuria se apoderó de sus cuerpos, excitación, caricias, piel, calor, pasó lo deseado por ambos; esa noche fue la noche, esa noche fueron libres, esa noche no fue solo de sexo, también se exhalo amor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario